Pintar un coche siempre es muy complaciente para el dueño, y parece que siempre es la mejor elección para nuestro coche. Pero esto no siempre es así, ya que hay más soluciones, para reparar daños de la chapa como la reparación mediante la técnica de varillas.
En la fabricación de cada coche, antes de la aplicación de la pintura a la chapa, se le aplican una serie de protecciones anticorrosivas, imprimaciones aderentes y un sinfin de capas y tratamientos, que dependiendo del fabricante y modelo tendrá un número más o menos alto.
Para mantener estas protecciones, es imprescindible mantener todas las capas aplicadas en el proceso de fabricación. Por lo que en la mayoria de situaciónes que implican un repintado, estas se ven eliminadas.
De esta manera con la técnica de varillero se consigue la reparación de la chapa, sin necesidad alguna de eliminar ninguna de las capas aplicadas en el proceso de fabricación, consiguiendo aumentar la longevidad de nuestro vehículo, aumentando notablemente el acabado de la pintura de nuestro vehículo, evitando que se vea afectada por un repintado defectuoso, manteniendo la chapa, protecciones y capas de pintura y barniz en perfecto estado.
REPARAR
Por estas razones debemos sopesar las diversas posibilidades para la reparación de nuestro vehículo, ya que de esta dependerá el estado de conservación de nuestro vehículo, y la calidad de la técnica que hayamos elegido para reparar nuestro vehículo.